Muchos son los titulares que rodean al precio del petróleo en estas últimas semanas, creando cierto clima de incertidumbre tanto a nivel macroeconómico como microeconómico.
El año 2014 está siendo un año record en emisión de bonos según recoge la prensa económica estos días. Las políticas monetarias expansivas sostenidas en el tiempo están provocando que los inversores se hayan posicionado en activos con mayor riesgo buscando retorno. Dada la demanda, las empresas encuentran una oportunidad inmejorable para emitir, ya que los tipos son históricamente bajos y los inversores parecen haber perdido cualquier aversión al riesgo.
Pero no hay que olvidar que cuando hablamos de deuda estamos hablando de riesgos. Ninguna deuda está exenta de riesgo. Pensemos por un momento en los proyectos de inversión en pozos de petróleo en Estados Unidos utilizando la técnica del fracking, proyectos donde los accionistas e inversores esperaban conseguir grandes rentabilidades. Con los precios de petróleo actuales, muchos de estos proyectos dejan de ser rentables y no podrán pagar su deuda. De hecho, con el precio del dólar a 60 $/barril, los analistas esperan que empiece a producirse una primera ola de impagos de deuda dentro del 16% que representan los bonos emitidos por empresas energéticas de los $1,3 trillones de bonos basura. Tan es así que algunos de estos bonos ya están cotizando como “distress”.
Es decir los activos financieros tienen riesgo. Los inversores no se deben olvidar. Y los emisores que emitan mientras puedan!